domingo, 27 de diciembre de 2009
sábado, 26 de diciembre de 2009
REY CACHA “OROSCO TOLA”
Este es un extracto de esta leyenda la misma que fue recreada e investigada por una de los hombres que amo mucho a esta parte de nuestro Ecuador, es sin duda el Señor Jorge Ubidia Posso y en su obra “Tradición Histórica Aborigen de Andrade Marín” nos recrea esta importante leyenda de nuestros ancestros que a lo largo del tiempo ha quedado en el olvido, entonces disfrutemos de esta leyenda:
Portón de ingreso al Cementerio de Andrade Marín, ubicado sobre la cima de la “Orosco-Tola”
José Manuel después de este corto recorrido, fue conducido por los dos guerreros edecanes y recibido cordialmente por el Soberano Rey Cacha que se encontraba ocupando el trono "real", a lo que José Manuel con los brazos levantados todos en alto y las piernas algo separadas (como para afirmarse mejor) se arrojó de rodillas al piso encorvando el busto con los brazos extendidos y la cabeza baja, a la vez reincorporándose y con todo el ánimo que pudo le expresó: "Yo José Manuel Sani tener mucho gusto saludar a voz taita amitu nuestro Rey y también hablo por mis hermanos indígenas que somos "hartos" gobernados por Voz, pidiendo de por Dios taita amito que "acordés" de nosotros pobrecitos que somos solitos y abandonados, porque blancos no acuerdan para nada, nosotros trabajando sin descanso para mujer "guaguas", algo que ganamos de blancos nos descuentan en "yanapas", mingas, prendas, huasipungos con lo que "devalde" han hecho rico los patrones de fundos y haciendas, y es por todo que es poco lo que ganamos y no alcanza para nada "hace pes" algo para nosotros pobrecitos, "quita" todo esto que nos perjudican y trabajamos solo para ellos quitando el pan del día de nuestros "guaguas" "Perdona no más taita amigo Rey, éste mal hablado".
El Rey Cacha contestó amablemente a José Manuel por su correcta presentación y respeto al lugar y, a la vez con la venia afirmativa de su frente, el Rey Cacha concedió el pedido de José Manuel intercesor de sus hermanos indígenas por su liberación inmisericorde de los blancos a lo que el Rey aplaudió con todo cariño su brillante intervención y, más bien le invitó a que tome parte directa personal en la fastuosa fiesta del "Inti-Raimi" que iba a celebrarse.
Momentos antes de este diálogo "real" había partido una comitiva especial de alto nivel, hacia el palacio suntuoso de la Princesa Pacha hija del heroico Rey.
Cacha, ubicada a pocos pasos al Oriente frente a frente en la también hermosa Colina de "Pupo-Tola" y, entrando por un lujoso y deslumbrante túnel, conduce a la sede del palacio de la Princesa Pacha.
Una vez cumplida la misión de la Comitiva regresaban con la Princesa al palacio "real" de "Orozco-Tola", á pocos pasos al occidente y se integraban con su padre y la gran concurrencia de nobles, guerreros y vasallos a más de la numerosa legión de las vírgenes del "Sol-Dios".
Presentes y listos el Rey Cacha y su hija la Princesa Pacha y toda la élite imperial, seguían ascendiendo por un hermoso “caracol” lujosamente adornado y enchapado en oro, subían en un orden riguroso a la gran explanada ubicada en la cima de la majestuosa colina histórica “Orosco-Tola”, en la que tendrá lugar la gran ceremonia del “Equinoccio”, el Inti-Raimi y las vendimias, o sea un día especial señalado en los calendarios aborígenes de adoración a su “Dios-Sol”. Toda la concurrencia ocupó en orden de niveles al contorno explanada hermosa en las alturas, dando un espectáculo imponente, circundaban a su paso al tenor de una música que alteraba con las circunstancias majestuosas del momento con la presencia del primer personero imperial del Rey Cacha y la reluciente Princesa Pacha su hija la numerosa presencia de las “Vírgenes del Sol”, la presencia de los nobles y la élite social y en este orden la gran presencia de los vasallos del Rey, entre los que figuraba nuestro personaje José Manuel Sani que fue listo en coordinar todos los movimientos igual que los demás.
En este orden todos seguían un ritmo uniforme y armonioso que en plenitud, irradiaba el Dios Sol sus rayos solares a la vez exteriorizaban su "adoración' ofreciendo su acción de gracias por la abundancia de frutos que el "Dios Sol les prodigaba; y por todos estos beneficios recibidos, expresaban: Reconocemos además que todo ello se debe a tu bondad de cobijarnos con el suave manto de tu calor solar que irradias a la tierra, tonificando en ello un baño saludable que fortifica la salud y la existencia de nosotros pobres indígenas. Y así, en breves momentos se interrumpía este ritmo ceremonial con otros cambios entre danzas, cantos, bailes, y aún de rodillas con los brazos extendidos hacia arriba con las manos en pose de imploración a su "Dios" que los ve y los alumbra.
Cada ritmo especial, se distinguía por su melodía apropiada al caso, ya sea el cambio de movimiento corporal en sus extremidades o el tronco mismo del cuerpo, lucían por la uniformidad y elegancia hasta esta última magna ceremonia de las "Vendimias" cubría este ritual elevado en alto sus pequeños recipientes con frutas naturales en acción de gracias a su "padre" Sol que los miraba y abrigaba.
Antes de finalizar, hay que anotar que todo el trajinar suntuoso de este solemne festival, nuestro personaje José Manuel Sani presenció y actuó con mucha avidez todas las solemnes incidencias de este acto grandioso Fue tan inteligente, que hábilmente coordinó con todos los movimientos, cambios y cánticos de los asistentes, por lo que se mereció el aprecio y gratitud de los mismos.
Al final de esta larga e importante ceremonia ritual volverían al interior del palacio dejando atrás la gran explanada que cubre la cima en las alturas vistosas de la histórica Colina de "Orozco-Tola", que sirvió de teatro de adoración a su "Dios, padre Sol", bajaban en perfecto orden por el indicado hermoso caracol, y, antes de conducirle a la Princesa Pacha en cortejo a su palacio adjunto a pocos pasos al frente oriental, se desarrolló un sugestivo programa de despedida ante el Rey Cacha y su hija la Princesa, de parte de toda la concurrencia en el propio Palacio del rey.
Así fue, se desarrolló un selecto programa rindiendo el tributo de su homenaje de su permanente servicio, amor y lealtad a su soberano el Rey Cacha y su hija la princesa Pacha.
Al término de la fiesta, todo el "señorío" se despidió y se ausentó del palacio, y cuando estaba vacío, a cierta distancia en el salón real notaron que alguien dormía en un asiento y, al constatar de quien se trataba, había sido el "huésped de honor" José Manuel Sani, quien se había quedado profundamente dormido en su asiento.
Al verlo así el Rey Cacha ordenó que dos guardias guerreros fuesen a dejarlo en su casa que estaba cerca de allí, cosa que se cumplió fielmente, hasta entregarlo a su familia, quien al siguiente día despertó entre la mañana inquieto y sonriente al recordar su participación directa con todo el grandioso acontecimiento celebrado en la noche y día anterior, con motivo del solemne festival del Equinoccio y las Vendimias, cosa que le llenó de mucha emoción y grandes recuerdos que no cesó de contar a su familia, vecinos y cuantos amigos y particulares encontraba y éstos igualmente contaban a los suyos y cuantos amigos y parientes y así sucesivamente adelante hasta nuestra época se va propagando esta hermosa y significativa tradición histórica aborigen acaecida en nuestro solar nativo de Andrade Marín, mediante la oportuna investigación, que la final quedó al descubierto una auténtica tradición histórica que será acogida con beneplácito por el presente y la posteridad, a través de esta leyenda aborigen.
jueves, 10 de diciembre de 2009
LAS TOLAS
Diversas clases de Tolas.- Sería largo enumerar las clases de Tolas que existen en el Ecuador, tan solo es necesario decir o describir las principales que, según el histórico Jacinto Jijón, puede reducirse a once principales.
Pero creo que interesa a que clase pertenecen las lomas de Pailatola, Oroscotola y Pupotola, las cuales son las más grandes de Antonio Ante. Veamos lo que dice el Señor Jacinto Jijón, en los “Estudios de prehistoria Americana” al referirse a la loma de Pailatola. “El montículo conocido en Atuntaqui con el nombre de Pailatola, pertenece a la tercera clase, es una inmensa construcción, en forma de pirámide truncada, de 80 metros de lado en la base, de 22 metros de altura, 50 en cuadro en el plano superior, el cual lleva en el centro una depresión circular de 6 metros de profundidad y 40 de diámetro, semejante al cráter de un volcán; en el medio del lado sur hay una rampa de 120 metros de largo y de 25 de acho en su base, que termina junto a un riachuelo.
La loma de Pailatola es en forma de una T y en su cima es de superficie cóncava”. Al hablar de las lomas de Oroscotola y Pupotola, dice: “A la octava variedad pertenece una tola de la hacienda San José de forma elíptica; pero la forma más común es la piramidal, a la que pertenecen los 2 montículos más grandes que se conocen en el Ecuador: Oroscotola y Pupotola. La primera es de 40 metros de altura, 150 metros de largo el lado mayor de la base, 120 el menor 97 y 75 los de la plataforma; midiendo la segunda 30, 120, 110, 75 y 70 respectivamente, separadas entre sí por unos 20 metros”.
Las lomas de Oroscotola y Pupotola, están ubicadas en la parroquia de Andrade Marín. En la actualidad, la loma Oroscotola esta convertida en cementerio de la parroquia, es de suma necesidad el hacer una ligera inspección de esta loma tan histórica. Como opina González Suarez.
martes, 8 de diciembre de 2009
ANTONIO DALMAU PEDRÓ
El Señor Antonio Dalmau Pedró nació en Barcelona – España, el 27 de Enero de 1877, habiendo sido sus padres Don Francisco Dalmau y Doña Tersa Pedró, hizo sus estudios en la misma ciudad de Barcelona. Contrajo matrimonio con la señora Doña mercedes Llopart Milá, con quien tuvo 7 hijos.
Su primera actividad fue el comercio en el establecimiento que tenía su padre en la Plaza Real de Barcelona, bajo el nombre de “Dalmau y Sanz”, sucesores de la casa Camps.
Este negocio se liquidó al fallecimiento de su padre. Entonces fue contratado por la firma “Armenteras”, una casa exportadora para viajar por Sur América y es así como llega hasta Argentina, Chile, Perú y Ecuador, en donde decidió quedarse después de haberlas bellezas naturales de nuestro país, la cordialidad de sus gentes y especialmente la hermosura de la Provincia de Imbabura.
Junto a su hermano Francisco decidieron fundar la fábrica “La Joya”, en Otavalo, que fue una de las primeras fábricas textiles del Ecuador. Posteriormente fundaron la Industrial Algodonera S.A. y esta compañía estableció la fábrica de Ambato y posteriormente, en la parroquia urbana de Andrade Marín “La fábrica Imbabura” fundada en el año de 1924 donde se desempeño como gerente durante su construcción y desarrollo industrial, el mismo que se inicio a partir del año 1927.
Además de estas importantes obras y por lo costoso de obtener en aquella época la energía eléctrica, también se inicio con la construcción de la Planta Eléctrica la misma que sirvió para suministrar la tan apreciada energía a la fábrica.
Aparte de la obra material, lo más destacado de Don Antonio Dalmau es el aspecto humanitario, su carácter apacible y tranquilo, su incansable afán y su gran amor a la obra que se le había encomendado.
En el año de 1929, junto a su hermano Francisco fundaron los almacenes “El Globo” de Quito, con sucursales en Ibarra, Tulcán y Guayaquil, lugar este último donde tuvo que residir los últimos años de su vida debido delicado estado de su salud y donde se encuentran sus restos mortales.
Para las presentes generaciones, sobre todo, para la niñez y juventud es difícil encontrar ejemplos positivos, líderes a quienes seguir; realmente ya casi no existen hoy en día.
De ahí que es necesario hacerse una retrospección en el tiempo y buscar a quienes las obras, las realizaciones y la permanencia y prosperidad centenaria de las mismas digan del tesón y de la inteligencia, de su visión a través del tiempo y de su trabajo inagotable de quienes las han realizado.
El Señor Antonio Dalmau, siendo un europeo, un español próspero de su tierra legendaria y misteriosa, dejando su Madre Patria, viene a fundar no solo una, sino que varias industrias que dan trabajo, adelanto y prosperidad permanente a familias y a pueblos enteros, en el Ecuador.
Ambato, Guayaquil, Otavalo, Atuntaqui, son beneficiados ampliamente con las diferentes sucursales de la gran “INDUSTRIA ALGODONERA”. Seguramente la belleza del paisaje y más que eso, la nobleza, la honorabilidad y el espíritu de trabajo de los imbabureños atrajeron la atención del Señor Antonio Dalmau Pedró, quien se convirtió en nuestro paradigma del bien y del progreso.
NOTA: Texto tomado del Homenaje a Antonio Dalmau Pedró, escrito por el señor Prof. Abdón Calderón Posso, 21 de noviembre de 1985.
SALUDOS
Bueno para quienes creyeron que este Blog quedo en el olvido y paso a ser parte de los famosos blogs abandonados este no es el caso, la verdad que el trabajo muchas veces hace que se pierda la continuidad de los proyectos, pero haciendo un gran esfuerzo continuo con pasión este afán por difundir lo mejor de mi terruño, como dicen los antiguos de mi patria chica, para que esa INDOMABLE JUVENTUD sobre todo la de mi Antonio Ante, Imbabura y porque no decirlo de mi Ecuador sean consientes de que tienen historia, la misma que nos la forjaron con mucha dureza, tenacidad, honor y amor por el adelanto y prosperidad.
A esa juventud va dedicado este blog con el único interés de que conozcan sus raíces, tradiciones e historia, que sepan que si tenemos un inicio el cual nos lo dieron nuestros abuelos luchando con gran valor, no piensen que nuestra historia es simple y sencilla que creció y multiplicó por obra y gracia del Señor, la realidad es otra y parte o poco de ella estoy llamado a escribirla con la finalidad de reivindicar y expandir ese esfuerzo, para que conozcan lo que en realidad somos y no vayamos por ahí ciegos y temerosos de nuestro ser, quizá ese es uno de los problemas principales de nuestro país pensar que otros son mejores que nosotros, que las historias del famoso Miguel de Cervantes y las proezas de un Hidalgo Don Quijote son en realidad para venerarlas pero no son parte de nuestra historia, los molinos se convertirían en hermosas cascadas y sus locas batallas con gigantes se convertirían en dulzuras historias de amor entre gigantes montañas, quizá más viejas y ancestrales que la misma vida humana, no son estas simples historias de un gran novelista sino que son parte misma de nuestro ser, de nuestras entrañas, creo que es hora de reivindicar lo que es nuestro y pregonarlo al mundo para que sepan que somos tan antiguos y valerosos como los espartanos; que nuestras raíces, ¡si en realidad!, son parte de una España conquistadora pero también la forma aquella valerosa raza de amerindios que a pesar de haber sido mancillados hoy en día siguen con sus tradiciones y costumbres que tras una y otra generación siguen pasando de padres a hijos y consolidándose con más fuerza cada día.
Seamos amantes de nuestra tierra, amemos lo que somos ECUATORIANOS.
jueves, 2 de abril de 2009
La maquinaría inglesa y alemana que data del siglo pasado (1900 – 1925) empezó a llegar a nuestro país el año de 1928 vía marítima hasta el puerto de Guayaquil para luego ser transportada vía férrea hasta la parroquia de Andrade Marín en pequeñas piezas que poco a poco daban forma a los grandes telares, hilaturas, tintoreras, etc., para luego de cinco años en 1933 entraran en funcionamiento.
La Gerencia de la factoría estuvo a cargo en un comienzo por el Señor Otto Seifert de nacionalidad alemana, también los Técnicos eran de las mas diversas nacionalidades Francés, Italiano, Español, Alemán, Inglés, los mismos que con el pasar del tiempo iban siendo cambiados por otros o regresaban a sus tierras europeas.
Fue notable el cambio comercial de la zona, el nivel económico del sector se estabilizó, en la parroquia marinense empezaron a surgir pequeñas fábricas de carácter familiar dedicadas a la producción del carbón, leña, talabartería, carpintería, incluso se llegó a producir gaseosas embotelladas, jabón de ropa, caramelos, quesos, etc., los mismos que se expendían los días sábados, en la entrada a la fábrica Imbabura en una especie de mercado, pues el sábado era el día en que los trabajadores de la fábrica cobraban sus haberes semanalmente, a las 11H00 en punto de la mañana sonaba la sirena y los trabajadores salían con sus sobres con el salario semanal, tiempo atrás incluso se realizaba una retreta con la banda de Andrade Marín, convirtiéndose el día sábado en una especie de feria, con música, ventas de comida y productos y el pago semanal a los trabajadores. También los días viernes por la tarde 17H00 solían cobrar sus haberes los trabajadores con horario nocturno, en ese entonces el trabajo en la factoría era duro, un grupo trabajaba el horario diurno hasta las 11H00 del Sábado, mientras que el otro grupo trabajaba el horario nocturno y su pago era a las 17H00 del Viernes. Esta época se la denomina como la época de oro según sus ex trabajadores fue desde el año de 1945 a 1950 en los cuales llegó a su mayor auge productivo y contaba con unos 1200 trabajadores los cuales laboraban como ya explicamos a doble jornada.
La vida no siempre tuvo tintes felices en la factoría, cuenta la historia que también hubo hechos como una huelga que duró cerca de 43 días y se desarrollo por el año de 1948, los trabajadores luchaban por una mejora de sueldos y salarios.
Así tras 5 décadas de trabajo en el año 1963, termina el funcionamiento de la fábrica Imbabura con un hecho sangriento, quizá el más trágico de la historia anteña, es así que un grupo de trabajadores proceden a detener al último Técnico el Señor Don Villageliu de nacionalidad española, el mismo que llegó a la fábrica unos años atrás para impulsar la producción de la factoría, pero fue una verdadera lástima, que en vez de mejorar la producción esta se vió terriblemente afectada, telas de baja calidad, hilos malos, etc., la mercadería se abarrotó en las bodegas de la fábrica por mas de 30 millones de sucres, no tuvieron salida al mercado los productos, lo cual redujo los ingresos para poder pagar a los trabajadores, en primera instancia se pidió a los trabajadores, que se recorten las horas de trabajo a 7 con lo cual el salario se rebajó a la miserable suma de 130 sucres por semana, no conformes con esta situación esta primera acta es reemplazada por otra y se la declaró caduca, en la nueva acta se redujo a 6 horas de trabajo. Luego la empresa pide la liquidación de la factoría, aduciendo que hay demasiados trabajadores y con un fuerte capital acumulado en mercaderías; liquidación que fue tramitada por las autoridades de trabajo de la Junta Militar de ese entonces. Gracias al Departamento de Mediación Laboral del Ministerio de Trabajo, la gestión de los trabajadores y la propia Junta Militar; se firma un Acta Transaccional en la cual consta la salida de la mitad de los trabajadores, previa la indemnización de 250.000 sucres. La empresa incumple este pago, produciéndose estos hechos lamentables.
En las gradas de acceso a la fábrica, tras solicitar el pago de sus indemnizaciones y sin llegar a un acuerdo, uno de los empleados en un momento de ira procede a golpear a Villageliu con un garrote a la altura del cerebro y por la espalda lo que ocasiona que el ojo izquierdo del infortunado se desprenda de su cuenca y todo su cuerpo caiga de bruces rodando por las escaleras hasta llegar al piso en medio de mas golpes, patadas, puñetes de todo el conglomerado presente, para posteriormente amarrarlo y atarlo, arrastrando al español desde la fábrica Imbabura hasta la Plaza de Atuntaqui seguido por mas de un centenar de personas entre trabajadores de la fábrica que seguían golpeando al cuerpo ya sin vida y curiosos que se habían dispuesto a presenciar el trágico acontecimiento.
Al llegar a la Plaza ya había sido objeto de aviso la fuerza pública la misma que al llegar al lugar procedió a detener a los cabecillas del asesinato del español, para posteriormente ser puestos a las órdenes de los jueces, mientras que el cadáver fue llevado a Quito para su sepultura.
Este hecho hizo que la fábrica cerrara sus puertas por alrededor de ocho meses y gracias a las gestiones de las autoridades del Cantón, las fuerzas vivas de la ciudad y los trabajadores, se reabre con la mitad de su capacidad.
En el mes de Julio de 1964 los dueños de esta gran empresa, La Industrial Algodonera S.A. con sus fábricas en Ambato y Andrade Marín, se olvidaron de sus trabajadores, de aquellos que forjaron toda su fortuna, dejándoles abandonados, a su propia suerte, en estas circunstancias el Seguro Social interviene para precautelar sus dineros, por concepto de aportes y prestaciones, haciéndose cargo de los bienes inmuebles y parte de la maquinaria con el respectivo embargo.
El Gobierno Nacional, también entra a formar parte de esta empresa, con algunos millones de sucres, entregados para su funcionamiento, con el único objeto de que sus trabajadores no se queden en la desocupación; también se podría considerar a los trabajadores como terceros accionistas, que reclaman sus derechos laborales que van creciendo a medida que transcurre el tiempo. Con este elemento de capital de trabajo se suponía que una Cooperativa de Producción y Mercadeo podría ser la solución, pero no lo fue.
Ante la paralización y la consecuente desocupación de más de seiscientos trabajadores, jefes y sostén de familia; la Junta Militar del Gobierno dicta el Decreto No. 1899 del 18 de Agosto de 1965, que establece que la Caja del Seguro, designe un interventor y proceda a reabrir la fábrica, pague a los trabajadores las indemnizaciones que en el convenio del 15 de Junio de 1965 estipulaba el Seguro Social. Pero este no cumplió.
El 30 de Septiembre de 1965 se dicta el Decreto No 2101 (reformatorio al 1899) que dispone que la Caja del Seguro Social, otorgue a la empresa, propietaria de la fábrica un préstamo de 2´228.000 sucres, para que esta pague las indemnizaciones laborables, pongan en funcionamiento la empresa, concede el plazo de 48 horas para que la empresa acepte el préstamo y previene que de no aceptado, el Ministerio de Trabajo designe un Interventor. Luego de que la empresa se negara el Ministerio de Trabajo designó como interventor al Ing. Rubén Alarcón.
El Ing. Alarcón reabrió la Fábrica con 250 trabajadores en el año de 1966; al año siguiente se termina la materia prima y para que el Gobierno entregue mas materia prima, se procedió a realizar un paro que duró 9 días, en el se corto el tráfico por la Panamericana, el paro movilizo a todas las Instituciones del Cantón, civiles, religiosas, deportivas y pueblo en general. El Gobierno de Otto Arosemena Gómez se vio obligado a entregar 1´000.000 de sucres en bonos de estado, con lo cual se compro algodón. Sigue la intervención del Ing. Alarcón sin dar una solución definitiva a los problemas. Tras de él 7 interventores mas pasaron por la fábrica pero los problemas no se solucionaron.
Así termina la historia de la Fábrica Imbabura en la década de los 80, quedando abandonada durante los años 90; además de ser objeto de un incalculable robo de sus maquinarias o mejor dicho de parte de estas enormes máquinas las mismas que eran de hierro lo cual atrajo a más de un delincuente con la finalidad de hurtar la maquinaria y venderla seguramente a fábricas de fundición de hierro, todo esto por el total abandono de nuestras autoridades hacia un bien inmueble no solamente anteño sino nacional, porque ahí también esta forjado la historia de nuestro querido Ecuador, en esa gente que lucho por su familia, por su terruño, por su patria, pero como suele pasar en nuestro país lo mejor siempre ha sido el olvido y los errores del pasado sepultarlos con la infamia del olvido.
Esta es también parte de la historia del Ecuador, por eso dedico esta pequeña reseña a aquellos niños y niñas sobretodo anteños para que conozcan sus raíces y sepan su verdadera tradición.
martes, 17 de febrero de 2009
La fábrica Imbabura ubicada en la parroquia urbana de Andrade Marín, en un sector estratégico del Cantón Antonio Ante, Provincia de Imbabura, pues se la construyo junto a la estación de ferrocarril, hecho que ayudó en primer lugar, a la fácil transportación de la maquinaria procedente de Alemania e Inglaterra, traída vía marítima hasta el puerto de Guayaquil, para luego ser transportada vía férrea hasta la parroquia Imbabureña en pequeñas piezas que poco a poco daban forma a las colosales maquinarias traídas desde el otro extremo del Atlántico y en segundo lugar para una fácil transportación de sus productos los cuales eran diversos como hilos, telas, cardas, etc., los cuales se convirtieron en los más cotizados a nivel de Ecuador y del sur de Colombia y todo esto con la ayuda de la “Gran Obra de Alfaro” el “Ferrocarril Ecuatoriano”.
Este hecho trajo consigo un desarrollo comercial a gran escala, convirtiéndose desde el año 1926, año en que abre sus puertas para la elaboración de hilos y telas de algodón, en el soporte económico del sector, pues, en ella trabajaban gran cantidad de empleados de las parroquias de Atuntaqui, Andrade Marín, San Roque, Natabuela, Chaltura y de los cantones de Otavalo y Cotacachi; además se debe mencionar que la prosperidad textilera del sector trajo consigo otros tipos de desarrollo económico en pequeñas fábricas familiares, sobre todo en la parroquia Marinense, es así que se empieza con la elaboración de refrescos (colas) de sabores embotellados, caramelos en envolturas plásticas, jabones para el lavado de ropa, también se debe mencionar que el espacio de ingreso a la fábrica se convirtió en el mercado popular los días sábados al mediodía y luego en la tarde de los viernes a raíz de la disposición de trabajar 40 horas a la semana, día que los trabajadores realizaban su cobro semanal, la fábrica Imbabura además construyó un sin número de inmuebles los mismos que se destinaban a las familias de los gerentes y técnicos para su convivencia, casas que hoy en día no existen; la fábrica fue la base primordial para el desarrollo de este cantón y por que no decirlo de la provincia y quizá de una buena parte del país; contaba con bosques que hasta hoy se conservan aunque en mal estado, vertiente de agua pues se construyo un vía ducto especial desde una fuente de agua ubicada en el misma parroquia denominada “el ojo”, para que no faltara el preciado líquido, utilizado de manera cotidiana sobre todo para el sector de la tintorería; desarrollo que tubo un trágico fin a mediados de la década de los 60, pues los trabajadores de la misma agobiados por el no pago de sus haberes deciden asesinar al Técnico de la fábrica, hecho que termina con la detención de muchos de los trabajadores y una impresionante reducción de la producción la misma que se siguió manteniendo hasta la década de los 80 pero en un 10% de su capacidad operativa. A partir de entonces la fábrica cierra sus puertas.
Es así que los Anteños por historia y tradición somos textileros y es así como empieza a surgir esta labor en el terruño atuntaqueño, quizá el destino destruyó una de las más magnas obras de la década de los 20 de nuestro país, pero enraizó su trabajo en estos hijos de Cacha, los mismos que tuvieron solo que esperar una década para darse cuenta de su potencial y empezar a explotarla. Hoy en día la industria textil se alza grande en Atuntaqui y Andrade Marín pero la primera es la que mas glorias se la lleva, pues, se ha convertido en una ciudad vitrina en la cual se exponen su trabajo para los turistas nacionales y extranjeros y sus textiles son hoy por hoy muy cotizados a nivel nacional e Internacional.
Esta identidad tiene como razón de ser un hecho histórico ocurrido el 6 de mayo de 1924, es aquí cuando inicia la pujanza al desarrollo comercial del cantón y la provincia, en ese día se produce la colocación y bendición de la primera piedra de la fábrica textil “Imbabura” hoy en día considerada “Patrimonio cultural de la nación”.